domingo, 14 de diciembre de 2008

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...sólo fue un espejismo...una ilusión que duró lo que dio de sí un sábado trece...hoy, la sensación de no sensación ha vuelto, el tacto de corcho y la ausencia de presión se han vuelto a instalar en su trono...he estado a punto de coger una rabieta de esas de los críos que gritan insistentes frases como "quiero repetir" y "otra vez, otra vez"...en cambio, he cogido aire, me he seguido abrochando los cordones y he salido a disfrutar de una preciosa mañana...supongo que algo ha cambiado...supongo que aceptar las limitaciones es la única forma de seguir adelante...al menos es la única que yo conozco...un lobo me recordó anoche que nunca he tenido paciencia, y no tuve más remedio que asentir en silencio...esto no es cuestión de paciencia...simplemente es...azar...

...quise parar el reloj, justo en ese momento, en el segundo en que la lluvia se hacía más intensa y el paraguas bailaba sobre nuestras cabezas dejando que miles de gotas nos salpicaran...quise parar el reloj y quedarme en ese segundo en el que se mezclaron el agua y las risas, los brazos y el rumor de los coches...no pude parar el tiempo entonces, pero ese segundo perfecto nadie puede quitármelo...

2 comentarios:

__ dijo...

Ese segundo es la vida, es la ilusión, el sueño, el recuerdo y será la melancolía y la nostalgia, la vida a fin de cuentas...

Muchos besos, Ignacio

Elyse dijo...

voy a ver si puedo romper el reloj. para quedarme con lo bueno, claro. que soy una egoísta.

muas grandes