domingo, 23 de noviembre de 2008

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...hace frío...he puesto una chapa recuperable en el buril de mitad del largo...tengo la mirada fija en el conglomerado, pero con los ojos del cuello puedo intuir como se acercan unas nubes llenas de agua...son rápidas, tal vez más que yo...eolo parece tener un romance con ellas, se enreda en sus algodones y juntos navegan deprisa sobre mi cabeza...nada más ponerme de puntillas sobre el canto interior siento como la piel se hunde...sigo adelante, ignorando el dolor...dos pasos más arriba se repite la historia en el interior del otro gato...llego a la reunión y me acurruco en un pequeño buzón que la naturaleza me regala...siento el peso de la cuerda en doble y simplemente me dejo caer hacia atrás, pendida de la vida azul...destrepo un paso para liberar la cazoleta y sólo entonces miro al cielo...disfrutaría del espectáculo de negros y azules si no fuese porque tengo frío...

...me siento torpe montando el shunt pero hoy no es día para conquistarte, preciosa...lentamente me alejo, paso a paso...volveré y te haré el amor con los pies, te acariciaré y sólo sentirás el suave roce de mis yemas sobre tus salientes...

...ya en el refugio un pequeño túnel invita a entrar a la zona de acrobacia...me gusta el artificial, me gusta esa sensación de equilibrio inestable sobre los estribos mientras giras en el vacío...los paseantes se detienen atónitos a contemplar mi baile...no me importa que me miren, aunque no puedo dejar de pensar que están demasiado cerca de mi vertical, ignorando que sobre mi cabeza no hay nada más unas chapas oxidadas y que cuando me remonte sólo tendré una oportunidad para alcanzar las cintas que no quieren salir de esas chapas antiguas de boca pequeña...los estribos me sirven de trapecio, al igual que la cuerda tirante...me viene a la cabeza aquél término de danza clásica, un pás-dejà...lo dibujo en el aire dejando que las cintas se enreden entre mis piernas y me dejo caer en diagonal descendente para alcanzar un cordino que juega a querer quedarse a dormir allí...me viene a la cabeza el término "paso de decisión"...bueno, creo que este ha sido uno de ellos...

...el agua caliente hace un remolino a mis pies...me quedo muy quieta bajo el chorro, en ese momento que yace entre el placer y el dolor del agua sobre la piel quemada...los surcos rojizos me recuerdan que hoy, de nuevo, he sido feliz...poco a poco desaparecen los rastros de sangre seca, y el olor a montaña se funde con el del jabón infantil...
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1 comentario:

__ dijo...

Tu post es vida y adoro verte vivir.

Me encanta como cuentas las cosas sencillas, banales, desapercibidas...

Yo soy incapaz de describir la cotidianeidad, y mucho menos las complejidades que se nos presentan cada día.

Por eso, me tengo que limitar a mis emociones, a mis abruptos vulgares que la cabeza me escupe.

Te leo y te quiero (a mi manera), Ignacio