martes, 28 de octubre de 2008

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...llovía...llovía y no me importaba mojarme...cada zancada me alejaba más del calor de casa, del repiqueteo del agua contra los cristales...en lugar de eso miles de gotas se deslizaban por mi cara...llovía, y no me importaba mojarme...esa ducha tan física me lavaba por dentro también, arrastraba la tensión y los nervios, las dudas y el dolor del alma...llovía y acepté la cortina de agua como compañera durante la hora que duró la carrera de la tarde...

...ya en casa, el agua hierve en la taza mientras se infunde el té...un té de aroma intenso y de gusto casi amargo, una delicia que degusto sentada en frente a la ventana...ha oscurecido y apenas se distingue la silueta de los edificios donde recortan el cielo...

...en el margen derecho de la pantalla mis ojos se detienen en dos palabras enmarcadas en puntos suspensivos...no sé cuándo las has escrito, pero yo las he encontrado ahora...ahora, que me chorrea el pelo y tengo los pies descalzos...ahora que caliento mis manos al abrigo de una taza de té...ahora que tengo que volver a salir a la lluvia...esas dos palabras me han llegado como sólo llega un abrazo sentido...ese "...muy especial..." es agua, es carreteras, es fuego, es pared vertical...ese "...muy especial..." me ha sacado la primera sonrisa del día...gracias...