miércoles, 26 de marzo de 2008

hh mm ss

Me gusta oir o leer a la gente hablar sobre el tiempo. Porque cada persona tiene una percepción diferente del mismo y le da diferente valor. Expresiones como “no tengo tiempo de nada” son demasiado comunes. Mucho trabajo, muchos compromisos sociales, muchos fines de semana fuera. Y al final todo se resume en que “tengo que trabajar mucho porque quiero cambiarme el coche, quiero comprarme un iphone, quiero pasar las vacaciones en un país exótico…”y “no tengo tiempo de nada”.
Y yo pienso que todos partimos de lo mismo: de un día de 24 horas. Y que cada cual se las distribuye como quiere o como puede. Y que las prioridades a la hora de elegir te dan tiempo para hacer lo que realmente quieres hacer. Cierto es que hay que trabajar, porque del aire no se vive. Pero una vez cubiertas las necesidades: ¿por qué te llevas el trabajo a casa? ¿Tanto odias tu vida propia para tener que vivir tu vida laboral siempre? El tiempo que vale es el que vives, no el que te mata.
Hace no tanto tiempo tuve mucho tiempo para pensar. Entonces iba corriendo a todas partes. Mi coche era mi segunda casa. Y me daba tiempo a todo, menos a perder el tiempo. Eso cambió. Lo cambié. Hay que saber parar. A veces lo aprendes. Otras te lo enseñan.
Anoche estaba entrenando. Ahora me da tiempo a hacerlo dos veces al día casi todos los días. Estaba nadando y de pronto paré. Me quedé ahí quieta, flotando, mirando el techo, pensando en nada, simplemente disfrutando de las caricias del agua. Hay gente que piensa que eso es perder el tiempo. A mi me da segundos, minutos, horas, días de vida.
Vuelvo al principio: si no disfrutas ni de cinco minutos, ¿por qué 24 horas te parecen insuficientes?

1 comentario:

Flánagan dijo...

Muy bueno el post. Estoy completamente de acuerdo con vos. Mi vena agnóstica me impide creer que la muerte sea la puerta a la eternidad, y es por eso por lo que cada segundo que malgasto me duele una barbaridad. Hace unos años estuve trabajando en jornadas de lunes a domingo pero los fines de semana sólo hasta el medio día. Cuando me di cuenta que me había perdido años de mis sobrinos, familia y en definitiva de mi vida, me puse manos a la obra con la reconfiguración de la misma.
Time is runing out.