domingo, 30 de marzo de 2008

ciudad en minúsculas

como nosotros, minúsculos en nuestros detalles absurdos e incoherentes, en nuestras manías tan insignificantes como las razones para no corregirlas, y, a pesar de ello, como en la canción de la habitación roja, "pero lo sigo haciendo"...en la ciudad minúscula que se escribe con letras minúsculas la noche ha caído tan deprisa que no me ha dado tiempo a despedir el día, y con él el sudor y el cansancio, el dolor y otras cosas agradables, como el libro abierto por las últimas páginas al lado de la almohada roja, cerca de la ventana, no sé cómo acaba la historia y me lo guardo para cuando sea aún más de noche y los niños se hayan comido el pescado, cuando haya visto por la tele lo que pasa en el mundo en un resumen semanal de ese día a día que me pierdo por no estar o por no atender, por vivir en el mundo que a mi me gusta, ajeno a si nos cruza un frente frío por el oeste, aunque toque viajar a ciudades también minúsculas en el mapa, como siempre te digo, mirando españa de frente, así me sitúo, y tú sonríes porque sólo tengo claro a qué distancia están las montañas y las playas, y no donde hay buenos restaurantes ni iglesias románicas, ni siguiera por dónde pasan los ríos no navegables...
y así, en letras minúsculas, se ha hecho de noche y sin estrellas, y emprendo el camino hacia la casa que ya no es mía pero en la que me guardan una habitación desnuda y despersonalizada, por si se hace tarde y me quedo dormida, o por si un huracán destruye mi guarida que está en lo alto de lo alto, cerca de desde donde se podría arrancar un pedazo de oscuro húmedo, eso que yo llamo cielo y otros tejado con agujeros...

2 comentarios:

Flánagan dijo...

Un post precioso. Soy fan tuyo.

Elyse dijo...

me sonrojo. gracias