martes, 24 de junio de 2008

"...y pasaran los días...

...y pesarán las noches..."

...noto la tirantez bajo la piel, en cada centímetro del cuerpo...como hilos de acero formando autopistas que sólo se interrumpen en algunos peajes, donde se hacen ligeramente subterráneos, para volver a emerger al poco...agua fría, agua caliente, desnudez sobre la cama con las puntas de los dedos mirando al foco del techo, ese que se proyecta justo a la altura de mis ojos cuando me estiro perezosa, arqueando la espalda como un gato, practicando figuras imposibles que sin embargo me salen naturales...juego a deslizar las manos sobre el camino que va del tobillo a la rodilla, contando los saltos y los trompicones, me descuento una y otra vez y vuelvo a empezar, y dibujo también esa sombra azulada con forma de nube de tormenta, recuerdo del paso del granito a la tierra, no hace tantos días...
...camino de puntillas por el pasillo, sorteando ese paisaje montañoso que he recreado en casa, a base de pilas de ropa, el invierno se ha marchado y me sorprendió con el abrigo puesto, o tal vez con la armadura...
...día nublado con ese calor que presagia tormenta, apenas una salida para ver el manto de hojas que decoran la subida que recorro en los días pares, y hoy me di la vuelta a pesar de llevar los calcetines de rayas rosas y verdes, esos que tanto te gustan, y a mi también porque me traen suerte...
...decía David L. que somos gente de costumbres y no te negaré que la costumbre a veces es más fuerte que las ganas, pero hoy ni siquiera he hecho el intento de dejarme llevar por ese género literario, me he limitado a ver pasar el día por la ventana, a ver volar los restos de la fiesta, a releer ese libro que habla de un viaje que sueño con hacer algún día, antes de que me dé asco mirarme en el espejo...
...jabón con olor aguamarina que es sal para la herida del alma, no es lo suficientemente profunda como para cerrarla con unos puntos de sutura, pero tampoco lo suficientemente superficial como para dejar que cicatrice sola sin cuidados, y yo la ignoro, y unos días sangra, y otros pasa desapercibida aún ante el examen más riguroso, y otros la oculto bajo un apósito hermético y ahí se reblandece más porque la sigo mojando de lágrimas que llueven por los caudales internos, grutas subterráneas que se abren paso entre la roca en la que se ha convertido el mundo de los sentimientos...
...me veo en blanco y negro, con las nubes detrás como en aquella canción que vino del norte, y pienso en lo caprichoso de la fotografía cuando capta el momento justo que narra la última estrofa, esa que, sin embargo, acaba con un verbo que significa más cosas que cinco letras...
...mañana la ciudad despertará de nuevo, mientras tanto, la noche se dibuja en puntos...

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