sábado, 17 de mayo de 2008

carta a mi lavadora

Querida lavadora mía:
Cuando llegaste a casa te brindé el mejor sitio. En la terraza, dentro de un cuarto de aluminio hecho a medida para tí sola, en una ciudad donde nunca hace ni demasiado frío ni demasiado calor. Al principio tuvimos una relación estable, yo ponía la ruedecilla en el 4 y tú realizabas el ciclo completo sin protestar. Me diste algún susto sin importancia (Elena y sus polvos no debían dejarte satisfecha) pero seguiste funcionando bastante bien. Con el tiempo te ofrecí Vernel y parecías satisfecha con el cambio, fuimos subiendo escalones hasta hacer un trío con Kalia y suavizante, y yo te veía bien. Pero como en cualquier relación empezaste a cansarte y a fallar, y ni las múltiples visitas del doctor de lavadoras a domicilio consiguieron diagnosticarte ninguna enfermedad importante (aunque a mi tus retortijones me costaron una pasta). Cada vez más enferma y maltratándome psicológica y físicamente (sí sí, me han quedado cicatrices en los dedos de cuando intenté levantarte por debajo, y el parquet está hinchado gracias a tus pérdidas), pero yo te sigo teniendo en casa, no sé si por cariño o porque es una relación cómoda, ya que sólo te lleno de ropa cada veintitantos días. Pero he comprobado que quieres dar un paso más, siguiéndome, como siempre. Querida lavadora mía, que yo haga fartleks no significa que tú tengas que hacerlos. Por favor, carrera suave y progresiva.
Gracias
firmado: Elyse, ahora mismo sin tangas limpios que ponerse

nota: para los no iniciados, en atletismo, los fartleks son cambios de ritmo aleatorios, vamos, que la jodida lavadora va despacito y de repente se pone a brincar como una loca.

4 comentarios:

__ dijo...

Las lavadoras, como las personas, tienen derecho a la incapacidad definitiva. Yo creo que la pide a gritos y ser sustituida por una becaria o por un contrato por obra o servicio en una lavandería, lugar con cierta magia donde se puede ir de vez en cuando y coincidir con visitantes siempre interesantes, cada uno en su estilo.
Buenas noches, Ignacio

Flánagan dijo...

No la consientas más, es hora de cambiar.

Elyse dijo...

es que en el fondo le tengo aprecio ;) aunque tenga predilección por atascarse cuando no tengo ropa interior limpia que ponerme ;)

Flánagan dijo...

Pues la alternativa es comprar ropa de usar y tirar.