miércoles, 30 de abril de 2008

Elena

..."y sin embargo, dirás tú, sobrevive"...
...se acerca a saludarme...tiene la mirada triste y el cuerpo encogido...si no conociese tanto a las personas diría que está enferma, tal vez la gripe o la regla...pero cuando miras por debajo de la sobra de las pestañas es que estás bajando la cortina para que no se pueda leer detrás de tus ojos...se queda mirándome, yo pedaleo y dejo que observe, está haciendo un intento por hablar y espero que sólo haga un comentario sobre la malla corta de hoy, primera vez en la temporada...pero sé que si habla no dirá nada acerca del tiempo, ni de la ropa...al final lo hace...cada vez pedaleo más deprisa, fruto de la rabia que me está entrando..."me levantó la mano"...parón en seco..."no me pegó pero me levantó la mano y me asusté"...querida niña, el mero hecho de hacer el gesto de amenaza es una agresión en sí misma...sácale de casa, cambia la cerradura, no dejes que te chantajee con lágrimas y promesas que nunca se cumplen...
...he seguido rodando a ritmo, pensando en cómo a veces nos confesamos con personas que son casi desconocidos, porque a veces sus palabras nos consuelan más que las de nuestros allegados...

1 comentario:

Flánagan dijo...

Es cierto lo de las confesiones con extraños. No sé si será porque no esperas que tengan un criterio predefinido para la bomba que está a punto de ser pronunciada a través de los labios. Pero en el desconocido no esperas una respuesta preconcebida, y si la tiene te importa de otra manera.
El maravilloso mundo de los desconocidos...