Mi Mi.

Cuando conocí a Mi. supe que iba a ser mi amiga. Eso no suele pasarme. Pero Mi. desprende esa luz que me hace querer a las personas. Encontrarnos fue una casualidad, como todo lo bueno. Yo para variar me había auto-cortado el pelo y fui a una peluquería cerca de su casa. Hablando con una peluquera salió el tema de los gustos musicales. Tras 5 minutos de conversación me dijo "tienes que conocer a una amiga mía". Me dio su teléfono y la llamé. Nos conocimos 3 días después en un concierto. Y hasta ahora. Y que no me falte nunca.
Porque Mi. es mi mami-dos, aunque a veces la mami soy yo. Porque "amable" no es lo mismo si no está ella botando y gritando a mi lado. Porque he podido plantarme en su casa a comer fideuá precocinada con allioli un viernes a las doce de la noche para podernos coger un pedo en el sofá. Porque me hace ver pelis que yo no entiendo en su intento por culturizarme en eso del celuloide, aunque nunca conseguirá llevarme al festival ese que como entrante ponen pelis croatas en versión original en el mejor de los casos (y además es el mismo finde que el EPW). Porque aunque tenga migraña me coge el teléfono y se acaba animando cuando le explico remedios alimentarios contra el dolor de cabeza. Porque hace que me compre ropa en tiendas en las que me da miedo entrar. Porque se lee mis poemas y no dice nada. Porque en mi primera resaca se plantó en mi casa con 2 litros de acuarius, regaliz y un croissant de chocolate, y no se fue hasta que atiné a meterme en la ducha. Porque me lavó el pelo cuando yo no podía y tuvo la paciencia de secármelo (cielo, en eso tienes que mejorar) Y porque aunque tenga novio siempre tiene un rato para hablar conmigo...aunque a veces nos den las mil de la madrugada y no hayamos ido a Lleida.
Porque Mi. sonríe y me abraza, y me llama "carinyet".
Y porque hoy, después de 3 horas en casa, he visto como se agitaba un papel enganchado con imanes en el panel de la entrada:
"Bienvenida a casa, la calefacción está funcionando. Nos vemos! Mi"
He notado como se me hacía un nudo en la garganta y como se me escapaba una lágrima. De la emoción, del agradecimiento por tantos miles de detalles, de...jo, yo que soy tan dura solo puedo decir que te quiero mucho.