domingo, 12 de diciembre de 2010

...

...y me quedé despierta, escuchando canciones de otros años, ojeando libros que ya he leído y mirando de reojo el reloj...pasaron las horas y la ciudad se fue apagando, primero se dejaron de escuchar los motores de los coches, luego la televisión del vecino, luego se apagaron una a una las luces de las casas del barrio...

...me quedé despierta y quería llorar, y no pude derramar ni una lágrima...

...y se hizo de día, y volví a ponerme el disfraz de fuerte, y salí a la batalla, como tantos otros días...

2 comentarios:

RSG dijo...

No es un disfraz, eres fuerte.

Pekas dijo...

Letras con fuerza, llenando de emoción esos resquicios inhabitados
de nuestra alma...

La fuerza de una voz escrita...

Un abrazo...lleno de fuerza...